domingo, 17 de junio de 2007

DESARROLLO Y GLOBALIZACIÓN: RELACION SIMBIOTICA

Los conceptos de desarrollo y globalización implican procesos sociales e históricos que han interactuado hasta la actualidad. La globalización ha sido el escenario de la aplicación de las teorías de desarrollo conocidas, y ha permitido la mayor difusión de estas teorías en diferentes ámbitos del mundo. Pero la pregunta central que nos planteamos es ¿qué implica esta relación en nuestra realidad?

I. CONSIDERACIONES GENERALES EN TORNO A LAS CATEGORIAS.
Tanto el desarrollo y la globalización son términos polisémicos. Esta característica responde al desenvolvimiento de los conceptos, en el cual emergen procesos de asimilación y conflictos, teniendo cada categoría su propia historia (Murillo, 1997). Propiamente el desarrollo puede ser comprendido como “una mejora o despliegue cualitativo de las potencialidades[1]”. La evolución de este término ha estado asociado a la economía, pero al ser múltiples las necesidades humanas los campos que intervinieron en las teorías del desarrollo se fueron diversificando, adjuntando diferentes variantes: humano, económico, sostenible, entre otros.. En la actualidad, las Naciones Unidas define al desarrollo humano como la capacidad de “permitir a las personas tener una vida que valoren y en permitirles aprovechar su potencial como seres humanos[2]”.
La globalización también ha estado vinculada con los diversos campos sociales en que están involucrados los seres humanos. Tiene dos centros: la economía mundial y el intercambio cultural, factores que promueven la interdependencia de los diferentes países del mundo[3]. Es un proceso que acarrea beneficios y peligros simultáneamente. Se caracteriza por su dinamismo que permite la adopción como el antagonismo de manera simultánea (Giddens, 1999). En otras palabras, es un escenario muy complejo en cual interactúan política, economía, sociedad y cultura.
Ambos términos, desarrollo y globalización, están interrelacionados con otras palabras: el progreso y la modernidad/modernización. Estas ideas son propias del movimiento de la Ilustración del siglo XVIII, y tuvieron como principal dicotomía barbarie/civilización, lo que ha sido reemplazado en la actualidad por pobreza/bienestar[4]. El progreso es referido como la evolución de las representaciones y las actividades humanas a un estado mejor. La modernización se ciñe a la racionalidad de la producción buscando acelerar las actividades administrativas, mientras la modernidad es comprendida como un proyecto que se caracteriza por su discurso crítico en torno a la transcendencia y la tradición, guiada por la Razón y la Verdad (Urbano, 1991).
Estas indicaciones se fundamentan sobre el punto de que el saber es un proceso constante de negociación del percibir, que se expresa en un andamiaje de enunciados (Murillo, 1997). Tanto desarrollo como globalización poseen una matriz occidental, lo cual influye en el modo de difusión y efecto en diferentes realidades.

II. HEGEMONÍA: CONDICIONES, DISCURSOS Y PRÁCTICAS.
Teniendo como espacio de observación nuestra realidad, el Perú es un país con una economía inviable, en palabras de Oswaldo de Rivero (1998). Es un país que se centra en la producción primaria, sobre todo extractiva, dirigiendo las escasas inversiones que se consiguen, nacionales o extranjeras, a la tecnología productiva y a las exportaciones. Asimismo, la legalidad, el orden público y la sociedad civil poseen un despliegue incipiente, pues la corrupción y la violencia aun dominan las actividades de la sociedad y sus instituciones.
El desarrollo al poseer como escenario a la globalización posibilita su entendimiento como una formula económica y hasta mágica que acarrearía el bienestar general de forma más o menos cercana. Además, la globalización ha impuesto reglas que motivan competencia entre los países más desarrollados, tratando de conseguir las mejores cifras macroeconómicas aunque las prestaciones sociales sean limitadas. Al final se incentiva un darwinismo social, sobrevive y crece el más fuerte, que no sólo se limita entre los estados sino también empresas y la población en general (Rivero, 1998). Igualmente, habría que indicar que las actividades de los organismos económicos internacionales –FMI, BM, OMC– están orientadas a favorecer los intereses de los países más prósperos, convirtiéndose sus recomendaciones en doctrinas (Stiglitz, 2002).
Todos los países desean el desarrollo económico, aunque se ha demostrado que no basta para alcanzar el bienestar general. Así, Sen amplía su visión del desarrollo considerando que éste debe brindar la capacidad a las personas de elegir el modo de vida que valore[5]. Este autor encuentra dos concepciones que se han usado para lograr el desarrollo: a) BLAST, modelo que implica sacrificio necesario por parte de la población, limitando la satisfacción de servicios básicos, o incentivando la desigualdad social o el autoritarismo, con el fin de lograr la acumulación rápida de capital; y b) GALA, el cual busca la interrelación entre la calidad de vida y la productividad económica, teniendo como base y garantía a la democracia (Sen, 1998). Por tanto, el bienestar es un objetivo complejo de cumplir por tener que preocuparse por los diversos aspectos que envuelve la vida humana. Bienestar que no sólo sea un fin futuro, sino que se aplique en el presente.
Enfocando el aspecto social, consideremos el hecho de que numerosas personas quienes residían en países no desarrollados han realizado una gran cantidad de migraciones internas y externas a las diversas ciudades del mundo, por la búsqueda del sueño del bienestar. Así, es cada vez mayor la cantidad de población urbana. Empero, tal crecimiento conlleva al fortalecimiento de relaciones caracterizadas por la exclusión social y la discriminación, generándose inestabilidad sociopolítica (Rivero, 1998). Un significativo número de peruanos/as viven estas condiciones, no sólo aquellos/as que han emigrado, sino también los/as que se trasladan a las ciudades internas del país.
Las ciencias sociales son una partición imaginaria de la realidad, en la cual se interconectan la cultura, la política, la economía, el cuerpo y las pulsiones. Todos estos aspectos afectan las distintas representaciones y actividades de la vida cotidiana de los seres humanos (López, 2001). El caso de las teorías del desarrollo no es una excepción. Al poseer una matriz occidental son asimiladas y/o transgredidas en realidades como la nuestra, con condiciones sociales que no corresponden al patrón occidental. Aquellos/as que difunden y/o aplican las teorías del desarrollo adquieren el estatus del colonizador, sea extranjero o criollo, persistiendo las relaciones tuteladas, porque la mayoría de la población no conforman una sociedad civil que ejerza sus derechos.
El desarrollo implica, hasta la actualidad, hegemonía ideológica y violencia simbólica al practicarse desde arriba hacia abajo porque: a) tiene como entes rectores instituciones extranjeras, b) usa referencias patrones occidentales y, c) en el imaginario de los/as funcionarios/as económicos/as se considera el modelo BLAST. Por otra parte, al obligarse a las personas a enfrentar un mundo globalizado emerge lo subalterno en algunos sectores sociales; trasladando su resistencia, trasgresión creativa o (auto)destructiva, al ámbito de lo imaginario y de las prácticas (López, 2001).

III. CONCLUSIONES.
La relación simbiótica entre desarrollo y globalización afecta a realidades como la nuestra a través de la hegemonía de su difusión y ejercicio desde los actores que se involucran: instituciones y capitales internacionales, Estados, funcionarios/as, políticos/as, ONGs, académicos/as, sociedad civil, población objetivo de los programas y proyectos de desarrollo. No obstante esta hegemonía negocia con lo subalterno que presenta realidades interculturales como nuestro país, siendo necesario negociar con estas teorías del desarrollo para adecuarlas según nuestras condiciones sociales y culturales. En otras palabras, siempre combatiendo las hegemonías que tratan de imponerse por los diversos medios globalizados. Negociar no significa oponerse a los cambios, sino buscar el bienestar en las condiciones de su población.

BIBLIOGRAFIA

GIDDENS, Anthony
1999 Un mundo desbocado. El impacto de la globalización en nuestras vidas. Madrid: Taurus.

LÓPEZ MAGUIÑA, Santiago et al
2001 Estudios culturales: discursos, poderes, pulsiones. Lima: Red para el desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú.

MURILLO, Susana
1997 El discurso de Foucault: estado, locura y anormalidad en la construcción del individuo. Buenos Aires: Oficina de publicaciones de CBC.

RIVERO, Oswaldo de
1998 El mito del desarrollo: los países inviables del siglo XXI. Lima: Mosca azul.

SEN, Amartya
1998 “Teorías del desarrollo a principios del siglo XXI”. En: Luis EMMERIJ y José NÚÑEZ DEL ARCO (Comps.) El desarrollo económico y social en los umbrales del siglo XXI. Washington DC: BID. 589-610.

STIGLITZ, Joseph
2002 El malestar en la globalización. Madrid: Taurus.

URBANO, Enrique (Comp.)
1991 Modernidad en los Andes. Cusco: Centro de Estudios Regionales Andinos “Bartolomé de las Casas”.

Paginas Web consultadas:

http://habitat.aq.upm.es/cvpu/acvpu_5.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Globalizaci%C3%B3n
http://www.iigov.org/gbz/article.drt?edi=545691&art=545696
http://www.ronaldflores.com/2006/10/19/los-cuentos-chinos-de-oppenheimer/ http://hdr.undp.org/hdr2006/pdfs/report/spanish/01-HDR06%20Frontmatter_ES.pdf
[1] http://habitat.aq.upm.es/cvpu/acvpu_5.html
[2] http://hdr.undp.org/hdr2006/pdfs/report/spanish/01-HDR06%20Frontmatter_ES.pdf
[3] Habría que señalar la repetición de este proceso en la historia, por ejemplo la romanización del mundo occidental y la colonización europea en los siglos XV y XVI.
[4] http://www.ronaldflores.com/2006/10/19/los-cuentos-chinos-de-oppenheimer/
[5] http://www.iigov.org/gbz/article.drt?edi=545691&art=545696

HISTORIA Y GÉNERO

Joan SCOTT. “El género: una categoría útil para el análisis histórico”. En: James AMELANG y Mary NASH (Eds.) Historia y género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea. Edicions Alfons el Magnanim, Institució Valenciana d´ Etudis i investigació, Valencia, 1990.

IDEAS CENTRALES: Las feministas al buscar sintetizar la enorme de cantidad de estudios concretos sobre las mujeres e incorporar su propuesta a la academia usaron el concepto de género. Esta noción tenía como acepción más simple ser sinónimo de mujeres. Se trató de usar este término como una vía para separar estos estudios de alguna connotación política, en particular feminista. La aplicación de este concepto implica la consideración tanto de la mujer como del hombre, para no crear una ficción al analizar cada sexo por separado, teniendo como punto central las construcciones sociales y culturales y la identidad sexual.
Se intentó teorizar el concepto reconciliando la teoría (generalizaciones) y la historia (estudio de lo específico dentro del contexto y del cambio). Los resultados han sido diversos llegándose a usurpaciones parciales de una teoría particular hasta explicaciones de los cambios por medio de teorías universales escondiendo la teoría siendo imposible seguirlos como modelos para posteriores estudios.
Las historiadoras feministas han abordado tres tendencias. En primer lugar se cuenta con las explicaciones del patriarcado determinando que la subordinación femenina se produce de la necesidad del hombre por dominarla. Existieron dos corrientes en esta tendencia para la liberación femenina: la tecnología de la reproducción (O´brien) o la conciencia de la objetivación sexual (Mackinnon). Las dificultades para las historiadoras son la articulación de las desigualdades de género con las otras de tipo social, y el análisis parte de la diferencia física dando ahistoricidad al mismo concepto de género.
La segunda vertiente son los estudios de las historiadoras feministas marxistas. Sus estudios limitan nuevos desarrollos teóricos analíticos ante la necesidad de una explicación económica o relacionada a ello por la postura marxista. En este sentido lo más resaltante es el título Powers of Desire, donde el centro del análisis es la política sexual. Pero al final el género no logra tener un status analítico independiente.
La tercera perspectiva es la aplicación del psicoanálisis, centrándose en los procesos que crean identidad en el sujeto, en especial en las primeras etapas del desarrollo del(la) niño(a). Dentro de esta postura se encuentran dos escuelas. La escuela angloamericana (Chodorow, Guilligan) enfatizando en la experiencia real y al considerar el inconsciente como elemento sujeto de la comprensión consciente. Sin embargo sus análisis se circunscriben en estructuras de interacción pequeñas de manera relativa siendo problemática la universalización de sus conclusiones.
La segunda escuela es la francesa basada en el seguimiento de la obra de Lacan, a través de una lectura estructuralista y postestructuralista de Freud, por medio de las expresiones teóricas del lenguaje. La función central del análisis es el lenguaje en la comunicación, interpretación y representación del género. Se conceptúa al inconsciente como un factor crítico en la construcción del individuo, en la definición de la identificación sexual y de la represión constante del sujeto. En suma, lo femenino y lo masculino son construcciones ficticias. El mayor problema es su centro de análisis en el falo como significante nuclear de la diferencia sexual, es así que la formación del sujeto dentro del género es predecible al ser siempre el mismo, dejando de lado al concepto de género en el estudio de la realidad social.
Ante estas dificultades teóricas la autora plantea una definición de género. Considera al género como elemento constituyente de las relaciones sociales centradas en las diferencias sexuales. Lo que implica el estudio de símbolos culturales que son representativos de manera diversa, los conceptos normativos manifestadores de los significados de los símbolos, las nociones políticas y referencias a las instituciones sociales, y la identidad subjetiva enmarcada en su contexto. La labor pendiente es conocer la interacción de estas cuatro subpartes.
El otro elemento integrante de esta definición es que el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder. Ello lleva a percibir el significado y compresión de las intricadas relaciones entre las diversas relaciones sociales de los seres humanos. Es necesario considerar que el poder no es una fuerza central sino mas bien dispersa, incluido en la continua construcción de lo masculino y o femenino.

PALABRAS CLAVES: Genero/Concepto/Estudios

COMENTARIOS: Este estudio constituye un clásico dentro del desarrollo teórico de los estudios sobre las mujeres. Sin embargo no pierde su utilidad teórica al mantenerse vigente en las consideraciones teóricas de estos estudios. En mi caso mi tema de estudio son las representaciones femeninas de las religiosas del siglo XVIII. Estas representaciones son encontradas en los diversos discursos de la época el que se caracteriza por mostrar algunos elementos secularizadores del discurso de la ilustración contraria al discurso eclesiástico.
En los discursos desde la propia iglesia católica, de las propias religiosas, de la prensa escrita, de las normas civiles y eclesiásticas o de las autoridades civiles encontramos fragmentos de la realidad de la época que muestran las diferenciaciones sociales a través de las sexuales. Porque la representación de la mujer en esta época también va cambiando tratando de acentuar su rol como madre, originándose una postura en contra de lo conventual siendo visto como algo inútil, no productivo. Por eso el siguiente siglo las órdenes religiosas tratarán de cumplir con funciones sociales en sus tareas como por ejemplo la enseñanza, la asistencia médica, etc.
Las relaciones de poder en la etapa colonial son marcadas cruzando las diferenciaciones sociales con las de género, raza y lo étnico. Además las mujeres que puedan tratar de obtener una mayor autonomía de la tutela masculina que le impone la sociedad sólo lo hacen como representantes de su grupo social pero no por el hecho de ser mujer. He encontrado religiosas que ante las iniciativas estatales de intervenir en la dirección y actividades de los monasterios, ellas por medio de sus dirigentas responden reclamando la innecesidad de esta intervención. Pero esta iniciativa solo se circunscribe a su determinada comunidad religiosa y a cierto sector de ella.
En suma, este estudio nos brinda pautas para profundizar nuestros temas de investigación.

FEMINISMO Y CIUDADANIA

Chantal MOUFFE. “Feminismo, ciudadanía y política democrática radical”. En: Ciudadanía y feminismo. Debate feminista, México, 2001.

IDEAS CENTRALES: En las últimas décadas dos temas han sido centrales en los debates de las feministas angloamericanas: el postmodernismo y el esencialismo. Aunque el primero en realidad no existe como una interpretación teórica coherente pero en común critica la racionalidad de la Ilustración (universalismo, humanismo y racionalismo). Lo importante es no desautorizar esta corriente por algunas lagunas de los autores sino tomar en cuenta todas sus modalidades e implicaciones para la política feminista. La pregunta central del artículo se centrará en la elaboración de una política feminista basada en una interpretación antiesencialista y un proyecto democrático radical. Esta propuesta implica la unión de las demandas de distintos puntos de opresión.
El esencialismo plasmado en la figura de la identidad es rechazada, y se manifiesta que lo que existe una posición de sujetos con fijaciones parciales que se hallan en formas discursivas inestables sometiendo a las prácticas articulatorias que las aturden y transforman. A pesar de que no existe una relación necesaria entre las distintas posiciones del sujeto en el campo político existen siempre discursos que tratan de articularlas desde diversos puntos de vista. Para las feministas la idea va más allá de definir la categoría de mujer, en realidad la pregunta principal debe ser cómo se convierte la diferencia sexual en una relación pertinente de las relaciones sociales y cómo se construyen las relaciones de subordinación por medio de esa distinción. Esta noción observa la multiplicidad de relaciones de relaciones sociales en las cuales la diferencia sexual se construye de distintas maneras y en donde la lucha debe ser planteada de formas específicas y diferenciales.
La autora critica las políticas feministas que trataron de vincular a la mujer sólo con el rol maternal, siendo natural que el campo femenino se desempeñe solamente en el privado. También discute con Pateman sobre su propuesta de realizar políticas que diferencien a las mujeres de los hombres, pues el individuo y la ciudadanía son concepciones universalistas y masculinas pero esto hace que la identidad domine la construcción de las políticas que es lo que se quiere evitar. Lo que la autora propone es que la diferencia sexual sea impertinente en el concepto de ciudadanía aunque actualmente esta diferencia es aun pertinente en muchas relaciones sociales, pues cree que el logro de una democracia plural y radical no requiere de un modelo sexualmente diferenciado sino de nuevas nociones sobre qué es ser ciudadano y cómo actuar como miembro de una comunidad política democrática[u1] .
La ciudadanía entendida por el liberalismo y por el republicanismo cívico posee limitaciones, en el primero por considerar a la ciudadanía como una identidad más, mientras el segundo es la totalidad dominante que invalida a las demás. Por eso define a la ciudadanía radical y democrática, como una forma de identidad política, un principio articulador que afecta a las diferentes posiciones del sujeto permitiendo a la vez una pluralidad de lealtades especificas y el respeto de la libertad individual. Lo común es el compromiso de las personas es su identificación con una interpretación dada de un conjunto de valores ético-políticos. Las consideraciones sobre lo publico/privado se dan en la articulación de ambas esferas y no en su separación. Existirían tantas ciudadanías como interpretaciones de esos principios criticando toda forma de dominación. Para lograr esto se debe construir un nosotros como ciudadanos democráticos a través del principio de equivalencia democrática que no niega las diferencias. Y el bien común estaría en función de un imaginario social.
En el ultimo ítem la autora señala que su propuesta no limita las políticas feministas sino que las amplia en busca de una democracia radical y plural, por eso las políticas feministas debe ser vistas como la búsqueda de fines y aspiraciones feministas dentro del contexto de una más amplia articulación de demandas, buscando la realización efectiva de la igualdad de las mujeres eliminando sus opresiones.

PALABRAS CLAVES: Democracia/ Ciudadanía/ Feminismos/ Políticas

COMENTARIOS: La propuesta que realiza la autora sobre la ampliación de las políticas feministas más allá de la diferencia sexual de forma teórica me parece muy interesante. Sin embargo me pregunto por la factibilidad de la propuesta. También considero que se deben tomar las consideraciones del postmodernismo alejándonos de la idea de identidad, que limita y esencializa nuestra representación de la realidad. En un país como el nuestro en que las diferencias son agudas en la estructura social las nociones de posiciones de sujeto insertos en distintos discursos que se superponen y que se enfrentan con las prácticas que las tratan de cambiar tiene diversas aplicaciones. El concepto de ciudadanía que maneja también tiene esa implicancia pues la diferencia es lo que articula las posiciones. Pero me pregunto si estas consideraciones teóricas al momento de ser aplicadas en determinadas políticas no crearían mayor acentuación en las diferenciaciones sociales.
Lo expuesto sobre la diferencia sexual está supeditado por la búsqueda de una democracia que llama radical y plural lo que me lleva a interrogarme por la repetición de la supremacía de los modelos políticos por encima de las consideraciones de género, aunque no niego la idea de ir más allá de la lucha por las mujeres por las mujeres. Pues precisamente uno de los puntos más problemáticos de los feminismos actuales es que al desaparecer la identidad como concepto se debe relacionar a las mujeres de forma permanente y simultanea con sus contextos circundantes hechos que tienen mayor relevancia en situaciones como la peruana donde la diversidad y exclusión dominan.

DERECHOS SEXUALES

Alice MILLER, “Las demandas por derechos sexuales”. En: III Seminario Regional. Derechos Sexuales, Derechos Reproductivos, Derechos Humanos. Lima: CLADEM, 2002, 121-140.
Ideas centrales de la autora:
1. Los derechos sexuales implican el surgimiento de varios estereotipos. La sexualidad motiva complicaciones específicas a los derechos sexuales por sus múltiples campos y significados. Entre estos estereotipos no sólo se remiten a los de género, sino también la forma cómo se sexualiza otras diferencias y los modos que los estereotipos sexuales afectan otros estereotipos y estructuras de subordinación.
2. La autora realiza una clasificación de las demandas por los derechos sexuales. Las demandas evolutivas buscan ampliar gradualmente los derechos existentes a nuevos sujetos (lesbianas, transgenéricas, trabajadoras sexuales) y a nuevas situaciones. A pesar de las buenas intenciones estas demandas pueden conducir a dar un sentido proteccionista a los sujetos que se desean dotar de derechos, o excluyen o dotan de mayor poder a los sujetos tradicionales (varones, a la heterosexualidad, a la normalidad).
3. Las demandas devolutivas se refieren a la identificación de los derechos sexuales con demandas sectoriales específicos y el impacto que genera. Aquí surgen las asociaciones de los derechos sexuales con los reproductivos de las mujeres, la plataforma idónea se vincula con la salud, y los derechos sexuales son ligados a las personas por su orientación sexual. No se niega la importancia de los derechos reproductivos pero al considerarse que los derechos sexuales son un subconjunto de los primeros, se está reforzando la idea que el principal campo de la sexualidad es la reproducción, y por ende, la heterosexualidad y el matrimonio.
4. Con respecto a las demandas revolucionarias, la autora declara que el poder de la imaginación política puede dar forma a un universo del que puedan surgir acciones estratégicas específicas y realistas para demandas nuevas y transformadoras. Las demandas sexuales deben incorporar nociones sobre el cuerpo, el individuo, la comunidad y la sociedad.
5. Los derechos sexuales deben reconocer la supremacía de la no discriminación y la igualdad remarcando la dignidad de la persona, la noción de que todos los derechos están interconectados y son interdependientes en su realización. Además, la participación de individuos y grupos en la determinación de los temas que los afectan.
Palabras claves de la lectura:
Derechos sexuales/demandas/estereotipos/estrategias

Comentario crítico de la lectura:
El punto de partida de la autora es interesante, al enfocarse en el mundo de las representaciones, las cuales son necesarias en todo el proceso que implica la planificación, elaboración, aplicación y evaluación de las políticas públicas, sobre todo las que se centran en la sexualidad humana. La Historia nos ha enseñado que las mentalidades, o el imaginario colectivo, es el ámbito de los seres humanos que posee el menor desarrollo con respecto a los cambios. Nuestros imaginarios tardan en evolucionar. Tal aspecto es central en los derechos sexuales porque al ser la sexualidad uno de los aspectos de la psiquis humana que posee una tendencia más conservadora, las resistencias a los cambios se fortalecen con el apoyo de algunas instituciones: la iglesia católica, las escuelas, las familias, incluso los propios Estados.

Las sociedades occidentales siempre han privilegiado una mirada dualista en relación a la sexualidad. Considerando la existencia de dos seres: el varón y la mujer. La unión de ambos generaba la reproducción de la especie. De ahí la importancia del matrimonio, el cual legitimaba el ejercicio de la sexualidad. Hasta la actualidad, la iglesia católica afirma que la principal función de la sexualidad se remite a la procreación. Además al ser una capacidad divina no puede controlarse por la mano humana. Por lo que los métodos anticonceptivos son repudiados.

La presencia de los estereotipos se hace más fuerte en las materias relacionadas a la sexualidad, sobre todo en las fases que involucran los derechos sexuales. La autora se preocupa de que estos estereotipos no son tomados en cuenta, a veces ni siquiera por los mismos/as gestores/as. Lo peligroso de esta omisión es que pueden contrariar los efectos que se pretenden. Siendo necesario en todos los procesos que implican los derechos sexuales tener la idea permanente de la no discriminación y la igualdad.

La autora demuestra que los derechos evolucionistas o devolutivos, a pesar de sus buenas intenciones, pueden reproducir estereotipos como el llamado a un proteccionismo hacia los sujetos que desean defender. Así se postula por los derechos revolucionarios que promuevan transformaciones, lo que es de gran importancia si recordamos las permanencias del imaginario colectivo. Es que las prácticas y las representaciones van juntas no por separado.

Uno de los problemas de los derechos sexuales es su acompañante permanente: los derechos reproductivos. Esta alianza puede acarrear peligros, porque al juntarlos en las políticas muchas veces se da mayor peso a los reproductivos dejando de lado los sexuales. Constituye un riesgo porque puede consolidar la imagen de que la sexualidad tiene el máximo fin de la reproducción biológica. También se puede reforzar la idea de que el cuidado de los anticonceptivos es tarea única de las mujeres. Todas estas nociones se vuelven riesgosas por el contexto conservador que está emergiendo en los diferentes ámbitos sociales del mundo que tratan de “defender a la familia”.

Otro de los puntos interesantes que ha señalado la autora es el sector salud. En ocasiones los derechos sexuales y reproductivos se centran en la salud correspondiente. Pero a veces el propio discurso médico posee varias preconcepciones en el momento de atender ciertos casos ligados a la sexualidad. No olvidemos las afirmaciones de Foucault, quien señalaba la dinámica de los discursos en las redes de poder que guiaban las prácticas. Los cuerpos siempre han sido sujetos directos de estas redes.
La necesidad de luchar por los derechos sexuales tiene como base la transformación de la cultura política de los/as ciudadanos/as. Las mujeres y los varones al poseer diversas nociones en sus psiquis, entre las que se encuentran los estereotipos, podrían disfrutar de su sexualidad sin el temor de los repudios sexuales que vienen desde la crianza y el colegio. La idea del castigo divino es una idea permanente que desanima la exploración del cuerpo y por ende de uno/a mismo/a. Los miedos consolidan a los poderes tutelares que rigen las sociedades latinoamericanas. Así se perpetúa la desigualdad entre las personas que viven en un mismo país, nunca no veremos como iguales, sino siempre diferentes pero en un sentido de discriminación al sentirse superior o inferior al/la otro/a.

DERECHO A LA SALUD

Paul HUNT, El derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. Naciones Unidas, 2004.

Ideas centrales de los/as autores/as:
1. La salud sexual en su sentido más amplio es un estado físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad. Requiere de un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de gozar de experiencias sexuales agradables y seguras, exentas de coacción, discriminación y violencia.
2. La salud sexual y reproductiva poseen un papel fundamental en la lucha mundial contra la pobreza. Pues la pobreza acarrea desigualdad en el acceso a los servicios sanitarios y a los factores determinantes de la salud.
3. La salud sexual y reproductiva son elementos esenciales del derecho de toda persona al mayor gozo de la salud física y mental. Por ende toda persona posee la libertad del control de su propia salud y la disposición de su propio cuerpo.
4. En diferentes lugares del mundo persiste la discriminación y la estigmatización en relación a la salud sexual y reproductiva de numerosos grupos: mujeres, minorías sexuales, refugiados/as, personas con discapacidad, comunidades rurales, indígenas, personas con VIH/SIDA, trabajadores/as sexuales y personas en detención. Se mezclan criterios de género, raza, pobreza y estado de salud. Para enfrentar esta situación, los Estados deben garantizar el suministro de información y servicios sanitarios a los sectores vulnerables.
5. Los Estados deben respetar el derecho a la salud en otros países, y en su calidad de miembros de las organizaciones internacionales colaboren con otros Estados en lograr niveles mínimos de salud.
6. La salud sexual y reproductiva, que forma parte del derecho a la salud, debe poseer marcos participativos en su formulación, aplicación y supervisión. Porque la participación activa e informada de todos/as los/as interesados/as puede expandir el consenso y motivar un sentido de identificación, fomentar la colaboración e incrementar las posibilidades de éxito.
7. Las iniciativas de promoción y protección de la salud sexual y reproductiva deben prevenirse mecanismos eficaces, accesibles y transparentes de responsabilización de todos los/as agentes/as, con el fin de cumplir las obligaciones derivadas del derecho a la salud, incluyendo a la salud sexual y reproductiva.

Palabras claves de la lectura:
Salud sexual y reproductiva/Derechos/Estados/Organizaciones Internacionales/Responsabilidades

Comentario crítico de la lectura:
La salud sexual y reproductiva han sido los derechos más novedosos en su implementación y aplicación. Son los más recientes en ser reconocidos en los niveles estatales e internacionales. En el ámbito latinoamericano aun poseen grandes dificultades por ser adoptadas en la población, por el contexto particular que poseen las políticas relacionadas con la sexualidad. Esta tendencia posee una lógica moral con una tradición moral católica que mantiene la posición privilegiada de la iglesia.

sábado, 16 de junio de 2007

Invitacion de clio conversa

CLIO CONVERSA
Programa de Estudios de Género
UNMSM

Presenta:Reflexiones sobre la figura paterna
DÍA : Lunes 25 de Junio del 2007HORA : 5:00 p.m.
LUGAR : Aula 40 (4to. piso)Facultad de Ciencias Sociales.
Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Agradecemos cordialmente su asistencia y la difusión del mismo.